La vuelta al cole debe ser una oportunidad para controlar la vista de nuestros pequeños y detectar cualquier alteración que pudieran tener, para que pueda ser corregida y así tener una buena visión y comenzar el año lectivo sin dificultades. Además, hay que recordar que una buena visión no es sinónimo de salud visual y en los niños, según las edades, se debe descartar la patología ocular prevalente para el rango etario.
Nadia Soledad Flores (MN120.664), médica oftalmóloga, especialista de Oftalmología Infantil y miembro del Consejo Argentino de Oftalmología (CAO) advierte al respecto: “Sabemos que el rendimiento escolar va de la mano de una buena salud visual y que el niño, al crecer, puede modificar su visión por factores internos y externos. También sabemos cómo médicos y es importante transmitir que las alteraciones oculares son necesarias tratarlas antes de los 8-10 años, periodo de plasticidad y maduración visual, ya que posteriormente existe la posibilidad de no poder ayudar al niño a ver correctamente ni con lentes ni con otro tratamiento o cirugía”.
La especialista explica que la ambliopía es la diminución de la visión en un ojo o ambos ojos por falta del desarrollo correcto de la visión, convirtiéndose en un ojo de menor visión o perezoso o ambos ojos con visión disminuida. “La ambliopía puede tratarse y recuperarse con éxito en niños pequeños, y si bien hay tratamientos en adolescentes y adultos, no siempre son efectivos”, precisa.
Por eso, para una detección precoz de ambliopía y otras patologías prevalentes, la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil recomienda controles visuales con el médico oftalmólogo al nacer, a los 6 meses de edad, al año, a los tres años, a los 5 años y luego cada dos años. Este cronograma apunta a realizar la detección temprana de cualquier defecto visual y/o patología ocular e iniciar el tratamiento si fuera necesario.
Celeste Mansilla (MN 105.617), médica especialista en Oftalmología Infantil y miembro del CAO, explica que los niños más pequeños a veces no saben reconocer que no ven bien y los más grandes, excepto que jueguen a taparse un ojo, pueden no darse cuenta de que con un ojo no ve bien.
Adicionalmente, en la consulta su médico oftalmólogo les enseñara cuidados, medidas de prevención y factores protectores ambientales para un correcto desarrollo visual en etapa de crecimiento en el niño.
Según las oftalmopediatrias, en quienes ingresan al jardín o a la escuela, las docentes y por supuesto los padres deben estar atentos ante la presencia de los siguientes signos de alarma:
- Que frunza el ceño.
- Que se refriegue los ojos.
- Que se acerque al pizarrón o a los juegos de mesa.
- Que no quiera salir a jugar, miedo a correr.
- Cefaleas frecuentes.
- Confusión (no reconoce dibujos).
- Problemas de aprendizaje.
- Distracción y/o aburrimiento.
- Orzuelos a repetición.
Aunque estos signos no son exclusivos de problemas oculares, los mismos se hallan bastante relacionados y deben motivar el control con el médico oftalmólogo.
Algunas recomendaciones a la hora de ir a la escuela
Las especialistas subrayan que la exposición a pantallas aumenta el riesgo de padecer miopía por exceso de enfoque en la visión cercana. Por lo tanto, recomiendan limitar el uso de dispositivos a menos de dos horas por día en niños mayores de dos años (en los menores de esta edad el tiempo en pantalla recomendados es cero).
“Si es necesario estudiar desde la computadora, sugerimos hacer un descanso a los 20 minutos enfocando un objeto a dos metros y contar hasta 20 segundos en ese descanso. Luego volver a la pantalla y colocarse a 50 cm de la computadora”, recomienda Flores.
“Aquellos niños pequeños que usan lentes deben controlar que estén limpios antes de ir al colegio (recomiendo que los padres los limpien por la noche) así como también si realizan ejercicios existen marcos especiales para usar realizando deportes”, añade Mansilla.
Además, recomiendan que los adultos controlen que los cristales de los lentes no estén rayados y que, por el crecimiento del niño, el marco no le quede pequeño con la molestia en usarlos. “Los cristales cerca de las pestañas dificultan el normal pestañeo para lubricación ocular”, aclaran.
En los niños con padres/hermanos con problemas de visión o que usen lentes desde pequeños se suelen recomendar controles anuales. “Si un hermano mayor usa lentes desde pequeño controlar a los demás hermanos”, precisan.
“Muchos niños copian del cuaderno del compañero porque no ven el pizarrón en los primeros años de la primaria y llegan al consultorio del médico oftalmólogo refiriendo ese detalle, así como alteraciones de comportamiento y distracción entre pares porque no ven bien y se aburren y no pueden copiar y se retrasan en su aprendizaje. Los niños necesitan pasar tiempo al aire libre, que es un factor que se sabe previene el desarrollo de miopías”, concluyen.
Consejo Argentino de Oftalmología (CAO)