En medio del calor, las compras apuradas y el movimiento típico de los días previos a la Nochebuena, una escena simple pero profundamente conmovedora logró detener miradas y despertar sonrisas en pleno centro de Campana. El protagonista fue Ian, un adolescente de tan solo 14 años que, con un gesto solidario, recordó el verdadero espíritu de la Navidad.

Vestido con un traje de Papá Noel y una bolsa llena de caramelos, Ian salió por iniciativa propia a repartir dulces entre los más chicos. No fue la primera vez: el año pasado ya había tenido la misma idea y le pidió a su mamá que lo ayudara a conseguir el traje y las golosinas. Este año, decidió ir más allá y juntó su propio dinero para repetir la acción.
“Él es muy dado con los chicos, le gusta compartir y hacerlos felices”, contó su mamá, visiblemente emocionada. Ian sueña con estudiar el profesorado de Educación Física y actualmente ya da sus primeros pasos como instructor asistente en la academia de taekwondo donde entrena. Allí también llevó su espíritu navideño: durante lunes y martes estuvo esperando a los alumnos más pequeños para regalarles caramelos y una sonrisa.
Quienes lo conocen lo describen como un chico dulce, cariñoso y bondadoso, que no busca reconocimiento ni aplausos. Simplemente lo hace porque le gusta y porque eso lo hace feliz.
En tiempos donde las noticias suelen estar cargadas de urgencias y conflictos, gestos como el de Ian iluminan el camino y recuerdan que la Navidad no está en los regalos, sino en los actos simples de amor y generosidad. A veces, basta el corazón enorme de un chico de 14 años para devolvernos la esperanza. 🎄✨