Informe de LLYC: Violencia de género, una de cada cinco noticias en medios “justifica” al agresor

a. ultimas noticias Sociedad
  1. En 12 países analizados por LLYC. el 20% de las noticias justifica las agresiones y una de cada seis expone datos personales de las víctimas. En Argentina, el porcentaje es menor: 1 de cada 10 da “razones” al victimario.    
  2. Las noticias de los medios concientizan y sensibilizan el doble que las redes sociales sobre violencia de género. La conversación en estas últimas es más sensacionalista.
  3. Para realizar el informe ‘Desenfocadas: Cómo opinar e informar mejor sobre la violencia de género’, el equipo de LLYC analizó más de 226.2 millones de artículos de noticias generales en los 12 países en los que está presente, entre ellos la Argentina. De estos, 5,4 millones trataban sobre violencia de género.”
  4. LLYC lanza The Purple Check, una herramienta de IA para ayudar a detectar el sesgo de género en los titulares y ofrecer una solución alternativa

Los medios de comunicación concientizan, sensibilizan y previenen sobre violencia de género el doble que las redes sociales, que son más sensacionalistas. Sin embargo, todavía el 20% de las noticias publicadas justifican las agresiones y una de cada seis vulnera la intimidad de las víctimas exponiendo datos personales que estas preferirían evitar. Además, en general, sabemos mucho de ellas y poco del agresor: hay un 75% más de menciones a los atributos de las víctimas. El negacionismo se retroalimenta: una insinuación en medios se multiplica por cuatro en la conversación social. Estas son algunas de las conclusiones que recoge el informe ‘Desenfocadas: Cómo opinar e informar mejor sobre la violencia de género’, realizado por LLYC en el marco del 8M, Día Internacional de la Mujer.

Para la elaboración de este estudio el equipo de Deep Learning de LLYC ha analizado 226,2 millones de artículos de noticias generales, 5,4 millones de noticias sobre violencia de género y 14 millones de mensajes en la red social X relacionados con la violencia de género en los 12 países en los que la consultora está presente (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Portugal y República Dominicana). En la investigación se han empleado Large Language Models (LLMs- GPT4) para identificar y aislar descriptores dirigidos a víctima y agresor, en noticias públicas obtenidas mediante modelos de scrapers, así como técnicas de Procesamiento de Lenguaje Natural (NLP) en 4 idiomas para analizar el cumplimiento de 21 reglas de buenas prácticas derivadas de las guías MNRA y UNDP.

Luisa García, socia y COO Global de LLYC, sostuvo: “Sin duda, se ha avanzado mucho en los últimos años en la cobertura mediática de la violencia de género y eso es clave para que se convierta en una herramienta poderosa para movilizar acciones y fomentar el cambio. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer para cumplir adecuadamente las reglas deontológicas internacionales y esto se acentúa aún más en el caso de las menciones en redes sociales. Nuestro informe revela carencias y marca áreas de mejora para lograr un tratamiento más equilibrado, justo y que contribuya a la concientización social”.
María Eugenia Vargas, directora general de LLYC Argentina, destacó:” El papel de los medios es importante para generar conciencia y contribuir a promover cambios culturales y sociales con respecto a la violencia de género. En la Argentina, si bien la cobertura mediática sobre el tema ha evolucionado mucho en los últimos años y quizás, gracias a ello, es uno de los países donde menos se ‘justifica’ al victimario, aún enfrentamos desafíos significativos sobre cómo abordar estos temas en los medios, así como su impacto en las redes sociales”.
Para acompañar este trabajo, y teniendo en cuenta que son los sesgos los que provocan buena parte de las deficiencias detectadas en el contenido, LLYC ha creado The Purple Check, una herramienta de inteligencia artificial que ayuda a detectar el sesgo de género en los titulares y ofrece una solución alternativa.

Para acompañar este trabajo, y teniendo en cuenta que son los sesgos los que provocan buena parte de las deficiencias detectadas en el contenido, LLYC ha creado The Purple Check, una herramienta de inteligencia artificial que ayuda a detectar el sesgo de género en los titulares y ofrece una solución alternativa.
Además del informe, LLYC hace una contribución desde la innovación. Para ayudar a enfocar los titulares de las noticias con perspectiva de género, la firma ha creado The Purple Check. Se trata de una herramienta de inteligencia artificial que permite comprobar si las palabras que utilizamos son correctas o incluyen un sesgo. En este caso, nos recomendará una solución alternativa de cómo decir lo mismo para informar sin promover la desigualdad y así devolver el foco a la comunicación. La herramienta es de libre acceso porque contribuir al cambio es tarea de todos.
Este es un ejemplo de la alternativa que da The Purple Check a un titular que ha aparecido en un medio de comunicación:

Principales conclusiones:
Los medios hablan más de violencia de género que las redes: publican un artículo sobre violencia de género por cada 30 noticias. En la conversación social la frecuencia es 15 veces menor. En la Argentina, estos artículos aportan aún menos, el 3,6% del total de noticias publicadas, mientras que en redes representan apenas el 0,1% de los tuits.

Las noticias concientizan más que la conversación social: los medios destacan en sensibilización, prevención y concientización dos veces más que las redes sociales.

En las redes sociales la conversación resulta más sensacionalista. Emplean dos veces más términos como “brutal”, “terrible”, “chocante” u “horroroso” para atraer la atención del lector.

El foco está en las víctimas: hay un 75% más de menciones a los atributos de las víctimas que al de sus agresores. Un ejemplo: “Conmoción en Francia: una joven de 29 años es violada y empalada con una escoba en su casa”.

El 21% de las noticias sobre violencia de género justifica las agresiones. En algunos casos, se recurre a argumentos como problemas de adicciones o incluso de provocación por parte de la víctima para intentar explicar y justificar los actos violentos del agresor. En Argentina, ese porcentaje desciende al 11,4% y figura entre los países donde menos se justifica la violencia.

Una insinuación negacionista en medios se multiplica por 4 en redes sociales. Los medios sugieren negacionismo al asociar incidentes a casos puntuales o aislados.

Una de cada seis noticias expone datos personales que las víctimas preferirían evitar, como profesión, alusiones a la salud mental, descendencia o parentesco. En redes sociales, la intimidad es aún más violentada; concretamente, un 7% más.

España es el país que mayor ratio de participación sobre violencia de género tiene en las redes sociales. La relación de interacción redes sociales y noticias sobre violencia de género es un 48% mayor que el promedio.

En el caso de LATAM, la violencia de género destaca en noticias, pero no en redes. Las noticias sobre violencia de género son 25 veces más frecuentes que las relacionadas con el acoso escolar o los accidentes de tránsito. En Argentina y Colombia, por cada noticia de tránsito, hay diez de violencia de género, y en México la violencia de género ocupa un 50% más con respecto al promedio entre noticias y redes sociales. Brasil es el país que más sensibilización y concientización proyecta en las noticias, pero ésto no se traslada a la conversación social.

En Estados Unidos se justifica la agresión 2 veces más que en el promedio del resto de países, pero considerar a las víctimas como “desafortunadas” se aplica 4 veces menos que en el resto de países, una buena práctica periodística.

A partir del estudio realizado se identifican una serie de recomendaciones y mejores prácticas a la hora de abordar la difusión de casos de violencia de género en medios de comunicación:
Anular la mención a las adicciones y salud mental del agresor: pueden percibirse como justificantes. Centrarse en hechos concretos que eviten diluir la responsabilidad del agresor.

Reenfocar la narrativa: enfatizar que la violencia de género nos afecta a todos, para resaltar la gravedad del problema.

Fomentar la sensibilización en redes sociales en los países poco movilizados: utilizar plataformas digitales para difundir mensajes que generen conciencia sobre la violencia de género.

Omitir elementos que disculpen al agresor: eliminar personajes cercanos y relatos que defiendan al agresor. Mantener el foco en la gravedad de la violencia de género y su impacto.

Proteger la intimidad de los niños: a menos que hayan sido directamente afectados. No divulgar la mera existencia de hijos, ya que podría poner en riesgo su privacidad.

Contextualizar sin atacar la intimidad: evitar nombrar sitios concretos que ataquen la intimidad de la víctima. Garantizar un enfoque respetuoso y ético.

Evitar menciones socioeconómicas, raciales y étnicas: omitir referencias al estrato social, nivel adquisitivo, razas o etnias tanto del agresor como de la víctima, especialmente en redes.

Evitar descripciones del estado mental de la víctima: ya que podría ser percibido como una justificación de la agresión. Centrarse en los hechos y sus consecuencias.

Incluir mayor diversidad de voces en las noticias: aumentar la presencia de expertos, profesionales y defensores de las víctimas masculinos.

Reforzar consecuencias de la agresión: tanto penales como profesionales y sociales, incluso cuando los involucrados no son personajes públicos.

Recomendaciones en las redes:

Si compartís un post sobre este tema, es esencial controlar la terminología utilizada y evitar términos sensacionalistas como “terrible” o “chocante”, así como expresiones dramatizantes como “triste” e inoportunas como “desafortunado”. Además, si sos hombre, es recomendable expresar tu condena hacia la violencia de género, ya que es un compromiso que todos, independientemente del género, deberíamos asumir. Es crucial evitar el negacionismo al tratar este tema y no minimizar ni individualizar la violencia. Se debe evitar también asociarla a colectivos específicos; afecta a personas de todas las procedencias y contextos sociales.