La realidad política argentina se caracteriza por una faltante de ideas y escasa actualización de conceptos políticos acorde a los cambios que se producen en el mundo, en particular desde la Cumbre Nixon-Mao, en 1972, que da por terminada la dicotomía derecha-izquierda. Una mayoría de nuestros dirigentes parecen estar atrincherados en la lógica schmittiana amigo-enemigo, no adaptándose a los cambios e innovaciones del mundo real. En lugar de ser visionarios y estar a la delantera de las necesidades del planeta, se conforman con mantenerse en una zona de confort que no les exige demasiado esfuerzo ni innovación.
Es preciso enfatizar que no han logrado trasvasar la categoría de simples políticos, con propuestas cortoplacistas y de bajo vuelo, a la de estadistas, con una visión clara de futuro trabajando para transformar la realidad presente. Están enfocados en mantener una posición de poder a toda costa. No logran desarrollar propuestas sólidas y visionarias, y se mantienen en la superficie de las cuestiones importantes que afectan a la Patria. No intentan construir la montura propia para cabalgar estos cambios que se vienen dando…solo se dejan llevar como barrilete por el viento.
En este contexto, también señalaremos que siguen pensando la política como en el siglo pasado, de forma bipolar. Este enfoque simplista no permite comprender la complejidad de las relaciones internacionales y de las problemáticas globales que afectan a nuestro pueblo.
Otro hecho que llama la atención es la falta de compromiso real con el federalismo. Aunque las leyes establecen claramente la autonomía e independencia de las provincias, en la práctica los gobernadores parecen temer su autonomía. Prefieren mantener una relación de dependencia con el poder central, que les otorga una comodidad que no están dispuestos a renunciar. Asimismo, los gobernadores no ven con buenos ojos la idea de que sus municipios tengan Cartas Orgánicas, la que les permitiría tener mayor autonomía para administrar sus respectivos territorios.
Esto demuestra una clara falta de respeto a los arts. 1, 5 y 123 de la Constitución Nacional, que establece un sistema federal, asegurando el Régimen Municipal y sus autonomías. Los gobiernos de provincia no están dispuestos a respetar dichas normativas, prefiriendo mantener una relación de subordinación, lo que limita el potencial desarrollo de las provincias.
Asimismo, es importante destacar el desinterés por implementar un proyecto regionalista para Argentina, que permitiría potenciar las regiones interprovinciales. Los gobernadores, incluso en las provincias más grandes como la de Buenos Aires, parecen no tener interés en regionalizar a sus municipios para crear regiones económicas que permitan elevar la producción y el crecimiento, como llevar adelante políticas de poblamiento sobre la región centro y sur de la provincia, descomprimiendo la situación de sobrepoblación del Conurbano. Esto refleja una clara falta de visión de futuro y una apatía por poner en marcha la matriz productiva provincial.
Por último, muchos de nuestros dirigentes tienen ciertas reservas hacia la consolidación de bloques continentales como el MERCOSUR, y esto se debe en gran parte a la desconfianza que sienten hacia el liderazgo de Brasil. Además, observamos que es escaso el acercamiento a una Unidad Continental, algunos se inclinan más hacia la Unión Europea, siendo esta una postura atlantista. Sin embargo, hay quienes presentan posturas opuestas, buscando acercarse a los BRICS o a la Ruta de la Seda, sin considerar las posibles consecuencias que estas decisiones puedan tener para el país.
Es importante señalar que, a pesar de las diferencias ideológicas y políticas que pudiera haber entre los países, es fundamental buscar la unidad de los pueblos de las América Hispana, y comercializar tanto con uno como con otro bloque político-económico que está surgiendo en esta década de 2020. El comercio y la integración permitirán consolidar una posición estratégica favorable para el país, y, en definitiva, para toda la región.
En conclusión, la realidad política argentina se caracteriza por una escasa actualización de conceptos políticos modernos y la falta de compromiso real con el federalismo y la autonomía provincial y municipal. Los políticos no logran asumir la categoría de estadistas, lo que limita su capacidad para proponer proyectos visionarios y transformadores. Es necesario un cambio de paradigma y una mayor apertura a las nuevas tendencias políticas y una visión más clara de futuro para nuestra Comunidad Organizada.
Luis Gotte
D.N.I. 20041255