La mediación comunitaria, un espacio de diálogo para resolver conflictos vecinales

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En la ciudad, el Centro de Mediación Comunitaria ya intervino en más de 70 situaciones problemáticas. El proceso es gratuito, confidencial, voluntario y para iniciarlo no se necesita el patrocinio de profesionales de la abogacía.

Perros que ladran todo el día o que causan temor, ruidos que molestan, disputas por espacios de estacionamiento, filtraciones de humedad, basura acumulada, raíces que levantan veredas, humo y olores indeseados… Son problemas cotidianos que desgastan la convivencia e incrementan el malestar entre vecinos o instituciones. Por ello, su solución tiene un valor sumamente importante.

Y para llegar a ese acuerdo, sin la necesidad de judicializar el problema en cuestión, en nuestra ciudad funciona el Centro de Mediación Comunitaria, que depende de la Secretaría de Seguridad y Prevención del Municipio y funciona en Jacob 662, de lunes a viernes de 8 a 14 horas.

“La mediación comunitaria es gratuita, confidencial, voluntaria y para iniciarla no se necesita el patrocinio de profesionales de la abogacía”, explica Romina Buzzini, subsecretaria de Prevención y Relaciones con la Comunidad.

“Es un proceso de diálogo entre dos o más personas o instituciones afectadas por una problemática, guiado por un mediador o mediadora, en la búsqueda de una solución consensuada de la controversia que los afecta”, agrega.

Su objetivo es que las partes enfrentadas encuentren en la Mediación Comunitaria “un espacio de diálogo” y también la ayuda gratuita de “un profesional neutral” que pueda facilitar la comunicación entre las partes y proponer caminos de solución.

“Este proceso puede ser la diferencia entre un simple problema y un conflicto que termine con graves consecuencias para los involucrados”, destaca Buzzini.

La Mediadora Comunitaria de la Municipalidad de Campana es la Dra Raquel Abdul. “El rol del mediador no es imponer una medida, sino que, al tratarse de un proceso voluntario, busca un acuerdo en base a los intereses de los propios involucrados”, marca sobre su función.

Si la mediación comunitaria resulta exitosa y las partes alcanzan un acuerdo, la mediadora define un seguimiento del cumplimiento del pacto, quedando a disposición de las partes para responder consultas o inquietudes.

“Lo positivo de esto es que, más allá de la disputa que se trate, el punto de partida es que las dos partes tienen un objetivo en común, que es resolver el problema y eso ya de por sí es un avance significativo. En la mediación se pasa del enfrentamiento a buscar juntos la solución al problema”, señala Abdul.

En nuestra ciudad, el Centro de Mediación Comunitaria ya intervino en más de 70 situaciones problemáticas, logrando llegar a un acuerdo con las partes, logrando así preservar la convivencia vecinal.

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