En búsqueda de los límites del repudio: por Gustavo Parravicini

Opinión Política

Cuesta sentarse frente al teclado y transmitir una cuota de indignación justa, si fuera posible que esta pudiera administrarse  y ser  políticamente correcta. No entrar en la justa trampa que causan  los números fríos de las estadísticas, que nos muestran y ponen en relieve el País que todo el macrismo nos dejó. Estadísticas frías y duras, que golpearon y golpean a los sectores más indefensos y descartables para los intereses del neoliberalismo nacional macrista.

Bajo el paraguas de los medios concentrados que día a día trabajan en presentarnos un pasado falso, mentiroso como ellos, lleno de bonanza y de aciertos de un gobierno que nunca existió para el pueblo trabajador. Pymes, pequeños comerciantes, y no tan pequeños, niños, niñas, hombres y mujeres, todos quedaron fuera del interés de quienes nos gobernaron por 4 años, que solo trabajó en favor de la especulación financiera. Quienes además nos dejaron una carga de aquí a 100 años, la deuda externa que nos condiciona política y económicamente en un mundo que está en crisis, deuda externa que jamás fue presentada ante diputados y senadores, cuestión que debería costarles la cárcel y ser cancelada con sus fortunas. En resumidas palabras su gestión, la de Mauricio Macri, nos condiciona a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros nietos, no sabemos bien aún  hasta cuándo.

Mi malestar crece aún más cuando recuerdo que los dirigentes de Juntos, que compiten en las PASO del domingo 12, jamás repudiaron o se despegaron de las actitudes o los dichos de Macri. Ellos integran el espacio del ex presidente Macri, que si bien no integra ninguna lista es su referente ideológico. Quien los identifica y representa con esos dichos facistas, porque luego de mandar armas para apoyar el Golpe de Estado en Bolivia – golpe nunca repudiado por sus compañeros de partido en Campana-, junto con Pato Bullrich y el milico Aguad y de condenar el destino de los argentinos, se da el lujo de hablar y opinar libremente en sus medios amigos donde amenaza nuestra Democracia, nuestro Gobierno electo por la mayoría del Pueblo. Pueblo que ya no lo quiso más, que no lo dejó repetir un segundo mandato, como históricamente se ha hecho con otros gobiernos. 

Gobernó muy mal y eso lo llevó a ser el primer presidente que se presenta a una reelección y la pierde, y ese es otro dato duro de la realidad. Perder elecciones casi siempre trae costos, pero estos no ponen jamás en juego las instituciones públicas, tampoco la existencia misma de lo político, ni en dictadura donde lo político claro sigue existiendo. La única definición para definir el accionar de MM es el fascismo.

Importante a saber, qué se vota el domingo 12 de septiembre en las PASO: se  votará para definir qué candidatos disputarán las elecciones generales del 14 de noviembre en la cual se elegirán 127 diputados y 24 senadores. En este contexto, entonces ¿cuáles son los intereses reales que llevan a Macri a una postura tan intransigente y peligrosa?. Ante una elección de esta características, quizás estará pensando en que su espacio va a perder  y  eso lo lleve a irse del País por miedo a ir preso. Copiando la la estrategia de su amigo Pepin, operador de mesas judiciales para encarcelar a opositores con fallos que primero daban sus medios amigos, esos que se quedaron con Papel Prensa en la dictadura, a fuerza de plomo y tortura, y que en el presente no permitieron que Héctor Timerman  viaje a realizarse un tratamiento por su enfermedad y que lo llevo a la muerte, parece que caminan aquellos y estos del  lado oscuro del camino. 

Quizás el origen de la incapacidad de no poder entender la resolución de diferencias en democracia venga de la relación con la misma dictadura, a esta altura del escrito ya me preocupan algunos vecinos que doy fe nada tuvieron que ver con esa historia tan nefasta, pero y con este presente que se confunde desde lo irracional, el dolor y el desprecio por lo distinto, callan son todo silencio, tendrán grandes cómplices locales, será que se niegan a vivir y a construir en democracia. Porque si bien nos debemos dar discusiones profundas y complejas como la libertad individual, la económica, lo colectivo, lo comunitario, la construcción de un Estado que asegure derechos para las grandes mayorías y donde quizás esa minoría de la que algunos se sienten parte, pero no los son deban perder un poco de privilegios, eso que se llama redistribución de la riqueza, para que más vivan una felicidad, con más  derechos, de esos que siempre son ganados en las calles a fuerza de marcha y de lucha. Es por ello quizás, que movilizados por el miedo y ante la posibilidad de tener que ceder pequeños privilegios en pos de un bien mayor, montan operaciones de prensa donde le hacen creer al dueño de una maceta que es un latifundista.

¿Es un nuevo Macri quien amenaza al Gobierno con la posibilidad de tener que abandonar el poder, si pierden o “si no cambian”?, definitivamente NO, es el mismo que mandó a escuchar ilegalmente a propios y a ajenos, es el mismo que con Rousselot no hizo y cobro aquellas cloacas, es el mismo que trafico autos con Sevel, es el Intendente del Gobierno de los negocios inmobiliarios en CABA, costumbre que tomaron en nuestra ciudad, con el Tajiber por ejemplo (de nuevo la mula al trigo), el referente de la exgobernadora Vidal – devenida en porteña-  que no hizo escuelas u hospitales en nuestra Provincia, donde los pobres no van a la Universidad. Sinceramente vecinos, a está altura ya me aturde el silencio local. 

Me hizo ruido lo que exprese entre el dueño de la maceta y el latifundista, mientras los escribía se me vino a la cabeza algunos ejemplos locales, y esto de no tener por qué ser siempre políticamente correcto y pretender  cerrar el artículo intentando que sirva para algo, necesito dejar planteado dos temas, quizás algunos me acompañen a re pensarnos como sociedad: Tener merecidamente una casa y un terreno no te transforma en enemigo de un vecino que fue obligado a tomar o a comprar un terreno luego de migrar para sobrevivir con su familia en condiciones de absoluta precariedad e injusticia, quizás debas recurrir a la memoria y acordarte como era tu barrio antes de que los gobiernos democráticos populares a través del Estado y del tiempo, cumpliendo  con la constitución y tratados internacionales sobre el derecho al acceso a la vivienda y una casa digna, transformaron el lugar donde hoy vivís .

Y por último, tener trabajo en una Industria no te transforma en un capitalista, seguís siendo un trabajador cuyo futuro depende de buenos gobiernos, de planes macroeconómicos donde producir y generar mano de obra sea más negocio que la especulación financiera,  como el plan  de Macri y su industricidio. Seguiras dependiendo de la defensa colectiva de tus intereses como trabajador, no del derecho que les da el neoliberalismo a los poderosos y sus caprichos de lucro que no tienen fin, y que  cuando crean que ya no te necesitan, te despidan. Quizás todo este ataque desproporcionado y antidemocrático de Macri y de Juntos, sea un ataque a profundas reformas que  harán Senadores y Diputados del Pueblo encolumnados en el Frente de Todos. Fuimos y seguimos siendo el espacio que representa al pueblo y sabemos que el adversario cada vez más enemigo no está entre nosotros, pero nos quiere peleando pobres contra pobres manipulados por los medios de comunicación y sin participación política. 

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