La directora Médica Asociada del Hospital Municipal San José conformó un equipo de trabajo que durante los últimos 15 meses realizó el seguimiento de unos 5.000 pacientes. Este viernes, el intendente Abella la reconoció como un ejemplo de calidad humana, cordialidad e idoneidad.
“El día no es suficiente para poder atender y responder a todos. Por eso, a veces quisiera que tuviese 26 o 27 horas”, dijo la Dra. Mónica Gutiérrez –directora Médica Asociada del Hospital Municipal San José-. Sus palabras se resignifican y adquiere un valor inmenso cuando se conoce el porqué.
Desde el inicio de la pandemia, la Dra. Gutiérrez, a raíz de su edad y algunos factores de riesgo, asumió un rol clave convirtiéndose en la máxima referente de la telemedicina en el nosocomio local.
En reconocimiento a su labor durante los últimos 15 meses, este viernes, el intendente Sebastián Abella y la secretaria de Salud, Cecilia Acciardi, la recibieron para transmitirle su gratitud en nombre de Municipio, pero también de todos los pacientes que fueron asistidos por ella y su equipo hasta alcanzar el alta e incluso también después de esta.
En marzo de 2020, Gutiérrez comenzó a hacer el seguimiento de cada caso positivo que debía informar el hospital. Con el paso del tiempo, el contexto la obligó a conformar y liderar un equipo.
Hoy comparte esta tarea con los doctores Luis Sosa, Cristina Caffa, Damian Canavese, Marina Mella, Mara González y Lidia Meier. En algún momento, también conformaron el equipo Carolina Martella y Martina Ahumada.
“En diciembre de 2019 algo cambió rotundamente con este virus y desde marzo del 2020 con nuestras vidas. Como personal de salud vivimos muchas cosas desde el miedo hasta el aprendizaje. Nosotros también debimos aprender incluso a vestirnos y también cómo convivir con esta enfermedad que a muchos colegas los ha incluso alcanzado más de una vez”, expresó Gutiérrez.
La labor de este equipo se inicia cuando informa a cada paciente sobre su resultado positivo. Conforman una ficha médica donde registran el inicio de los síntomas, la fecha de realización del hisopado como también su evolución. Este seguimiento alcanza tanto al paciente positivo como a su entorno familiar declarado contacto estrecho.
En 15 meses, este equipo registró alrededor de 5.000 seguimientos. El número no es solo un dato estadístico sino también simbolizan largas horas de llamados telefónicos, palabras de aliento y contención, y fundamentalmente un ejemplo de calidad humana, cordialidad e idoneidad.
Pero, además, es el reflejo del éxito de un sistema de atención que no solo garantizó atención personalizada y de calidad a cada paciente sino también repercutió favorablemente en el Hospital Municipal ya que agilizó la atención evitando que la guardia sufra aglomeraciones.
Solo se derivan allí aquellos casos que requieren de una serie de estudios y consultas para confirmar una internación.
Allí, comienza otra historia. Gutiérrez lleva casi 40 años ejerciendo la medicina y, más de 35 de ellos, los vivió entre salas de emergencias y terapias intensivas.
Con dolor, manifestó que “desgraciadamente no salvamos a todas las personas. Hay algo que está más allá y no nos permite saber hasta a donde un ser humano puede influir sobre otro porque también hay un fin en la existencia. Aun así las cosas más difíciles también hay que decirlas dando una luz”.
“Se hace duro cuando se trata de gente que tenía aún mucho por vivir. No tenemos la palabra exacta de consuelo. Pero sí estamos para darle nuestro acompañamiento, nuestro afecto. Hemos echado alguna lágrima por aquellos que hemos perdido”, expresó la profesional y destacó su calidad humana.
Ante este complejo contexto, la médica aseguró que “existe una esperanza con la vacuna” y pidió a los vecinos “que confíen”.
“En la medicina nada es inocuo. Siempre hay un costo para un beneficio. Pero el beneficio es mucho mayor. Nos permitirá volver a una vida mucho más libre como teníamos antes de la pandemia”, afirmó.
Sobre el final del encuentro, la profesional destacó que este nuevo rol se trata de algo que ambicionaba para la última etapa de su carrera profesional. Una instancia donde pudiese motivar y alentar a sus pacientes ofreciéndoles la orientación que necesitan.
Con casi cuatro décadas de ejercicio de esta profesión, Gutiérrez aún conserva el mismo compromiso y pasión del primer día. Pero también se enorgullece del gran trabajo que el Municipio, a través de la salud pública, lleva a cabo distinguiéndose sobre la salud privada.
“Campana es un ejemplo en el país de un seguimiento de los pacientes positivos de Covid-19”, completó.
Sus palabras tienen el aval de los propios vecinos que agradecen este sistema que los anima y acompaña con una calidez humana admirable hasta en tanto alcanzan su alta epidemiológica.