Mireya Ribas Medal y Nancy Rodríguez del Frente Grande de Campana expresaron su descontento con una nota realizada el fin de semana por Sergio Roses con motivo del día de las madres y manifestaron “no cuestiona lo que desde el patriarcado se atribuye al significante ‘madre’, sino que, por el contrario, plantea que se lo debe re-adaptar para que siga contribuyendo desde el lugar subalterno y doméstico a que la vida cotidiana de las familias”
El domingo en su columna semanal en el diario local, Sergio Roses realizó una reflexión en torno al Día de las Madres en el que desarrolló, entre otros conceptos, que “la figura materna es quien se ocupa en general de los innumerables rubros que hacen a la vida en familia”. Sobre lo planteado en el texto se expresaron integrantes del Frente Grande de Campana, Mireya Ribas Medal, secretaria de inclusión social indicó “Si bien en lo mencionado podría leerse un reconocimiento a la sobrecarga que solemos soportar las mujeres por el hecho de serlo, en realidad lo que leemos es una naturalización de dicha sobrecarga. Es así que el referente hace hincapié en que habrían sido ‘los cambios sociales y económicos’ los que habrían obligado a la mujer a buscar ‘tareas fuera del hogar en busca de coadyuvar a la economía familiar, a desarrollarse o capacitarse en pos de lograr beneficios familiares y personales”.
Y reflexionó: “Hasta aquí podría leerse, por los dichos del representante de Juntos por el Cambio, que existe en el Ejecutivo Municipal o en su representación en el Concejo Deliberante, una intención de reconocer el exceso de trabajo asignado socio-histórica y culturalmente a las mujeres. Sin embargo, del resto de la nota citada surgen nuevamente las alusiones naturalizadas al concepto de ‘rol de mamá’, cuya necesidad no es la de cuestionarlo sino la de ‘reinventarse para poder llevar adelante esos roles”.
Para mencionar la importancia de lo que se dice, Ribas Medal citó a Elsa Drucaroff “Entendiendo a la palabra como lugar en donde ‘late la lucha de clases’. Nos dice Drucaroff que, si bien el combate social y político tiene a las palabras como protagonistas, en realidad la lucha se da en torno a los significados”. Y ejemplificaron “La palabra familia, está capturada por la idea de una pareja heterosexual monógama, donde se reproduce la dominación patriarcal, reservándole las funciones propias del ámbito público (trabajo, política, esparcimiento, desarrollo personal) al varón, al tiempo que las funciones del ámbito privado (lo doméstico), se asignan a la mujer, poniendo bajo su exclusiva responsabilidad las tareas de reproducción biológica y social. Eso explica también porque la palabra “mujer” quedó cargada de significados atribuidos por la condición biológica: madre, esposa, hija, reproductora”.
Retomando la crítica a Roses, señaló “Debemos asumir que Juntos por el Cambio, en lugar de hacerse eco de las innumerables investigaciones, luchas feministas y hasta de los enunciados dentro de su propia gestión en materia de acciones en pos de una supuesta igualdad de género, carga las tintas en que la principal causa de que las mujeres nos veamos sobreexplotadas por las tareas de cuidado es por ‘cierre de establecimientos educacionales, separación de amigos… en especial las madres cumplen un rol clave de contención emocional de ese núcleo… La mamá que trabajaba también fuera de su casa y hoy hace teletrabajo, debió armonizar los espacios de manera tal que todas las actividades de la familia pudieran fluir y ser efectivas’. Más adelante el autor de la nota aludida se pregunta: ‘¿hemos pensado en la reinvención de las madres?’. Desde nuestro espacio del Frente Grande Campana pensamos que dicho interrogante está, con toda intencionalidad, vaciado de significaciones. En primer lugar, a la enunciación le falta un sujeto: quiénes son los que “hemos pensado”, o no “hemos pensado” en este caso. Y, por supuesto, la carga semántica que lleva la palabra “reinvención”, la cual, se interpreta, no pone en cuestión aquello que desde el patriarcado se atribuye al significante “madre”, sino que, por el contrario, se lo debe re-adaptar para que siga contribuyendo desde el lugar subalterno y doméstico a que la vida cotidiana de las familias no sufra las alteraciones de los contextos estructurales y coyunturales”.
Para concluir, en conjunto con Nancy Rodriguez, titular del área de Género manifestaron “En nuestro espacio político reflexionamos y proponemos políticas públicas que reconozcan a la maternidad como un hecho que se combina con el desear y el cuidar. La consideramos una elección que puede o no involucrar lo biológico, pero que puede ser ejercida independientemente del cuerpo que lo haga, dado que no es sinónimo de designio natural, individual ni del cuerpo-mujer. Creemos firmemente en que las personas que deciden maternar deben hacerlo en el momento que elijan, con quien elijan y de la manera que elijan. Y que puedan decidir cuándo y cómo no hacerlo. Asimismo, diseñamos políticas de cuidado familiar en donde las responsabilidades sean compartidas, dado que la carga laboral doméstica no debe ser de dominio naturalizado del cuerpo-mujer. Para ello son todas las conformaciones familiares las que deben contar no sólo al interior de sus espacios con todas las personas dispuestas a responsabilizarse por los cuidados, sino que además, se deben proponer alternativas barriales, comunitarias y estatales que posibiliten una verdadera “reinvención” de un orden hegemónico sexo-genérico y clasista que ya no muestra capacidades de contención en una sociedad que se diga igualitaria y defensora de la justicia y de los derechos humanos de todas las personas”.