“Yo hispano, ¿y usted?” Por Luis Gotte

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“Soy español y no me gusta cómo se cuenta la historia” Ramiro Marra.

Como se sabe, existen dispositivos culturales y mediáticos que difunden la llamada Leyenda Negra contra España, silenciando o ignorando el pensamiento del Revisionismo Histórico argentino que ha cuestionado la historiografía oficial liberal-mitrista y mitre-marxista, al decir de Norberto Galasso. Esta forma de contar nuestro pasado histórico es parte de una mentalidad colonialista de la que somos parte, una línea de interpretación ideologizada de la historia que busca difamar y destruir a España y a su mejor legado en América: Argentina, puerta de entrada a Sudamérica, que ha sido históricamente un bastión del humanismo y del cristianismo.

La Leyenda Negra es una expresión acuñada por el escritor español Julián Juderías, en 1914, para referirse al conjunto de relatos fantásticos, imágenes y testimonios no probados o desmedidos que presentan a España como un país cruel, intolerante, fanático y atrasado, especialmente en relación con su actuación en América. Esta leyenda fue creada y difundida por los enemigos políticos y religiosos de España, como Inglaterra, Francia y Holanda, con el fin de desprestigiar al Imperio y justificar, como encubrir, sus propias ambiciones y acciones imperialistas.

La misma se basa en la exageración o la falsificación de hechos históricos, como el genocidio, el sometimiento a la esclavitud de estos pueblos pre-hispánicos venidos de la meseta asiática por parte de los españoles, sobre una la Inquisición que condenaba a cientos de miles de amerindios a ser quemados en vida, en un régimen de cruel tiranía de sus reyes y virreyes. Estos hechos se presentan como universales y exclusivos del Imperio de España, sin tener en cuenta el contexto histórico, las fuentes documentales, las comparaciones con otros países o las aportaciones positivas de España al mundo. Tampoco se preguntan sobre el historiador, desde donde escribe, su procedencia ideológica y su financiamiento.

Esta Leyenda ha tenido una gran influencia en la formación de la conciencia histórica de una gran parte de los intelectuales y académicos hispanoamericanos, especialmente en Argentina. Aquí, la historiografía oficial, fundada sobre los “nobles odios” de Bartolomé Mitre, ha adoptado muchos de los elementos de la misma, para construir una visión negativa del pasado virreynal español y del federalismo rosista, que se contrapone al proyecto liberal, unitario y atlantista que se impone luego de la batalla de Pavón, en 1861. Esta visión ha sido reforzada por el marxismo, que ha interpretado la historia argentina desde una perspectiva clasista y materialista, negando el valor de las tradiciones culturales e identitarias hispánicas.

Frente a esta historiografía oficial, surgirán voces disidentes que cuestionan sus presupuestos, proponiendo una nueva visión desde el disenso y con una perspectiva nacional y popular. Este Revisionismo Histórico Argentino viene a reivindicar la figura de Juan Manuel de Rosas y a los caudillos federales como defensores de la soberanía nacional frente al imperialismo británico y al centralismo porteño, valorando el legado hispánico como parte integrante de nuestra identidad cultural y exponiendo los intereses económicos y políticos que se esconden detrás de la Leyenda Negra.

Entre los revisionistas se destacan nombres como Adolfo Saldías, Manuel Ugarte, Alberto Methol Ferré, Vicente Sierra, Ernesto Palacio, José María Rosa, Fermín Chávez, Raúl Scalabrini Ortiz, Alejandro Pandra, Iciar Recalde, Diego Mazzieri, Pablo Anzaldi, Marcelo Gullo. Estos autores han realizado importantes aportes al conocimiento de nuestra historia desde una perspectiva hispanoamericanista, basada en el rigor documental y en el análisis meticuloso.

Sin embargo, estos autores no han tenido la difusión ni el reconocimiento que merecen por parte de los dispositivos culturales y mediáticos que dominan el campo intelectual. Estos mecanismos responden a una línea ideológica: la anglosajona, en contraposición a la hispanista. La primera busca desvincular a Argentina de su pasado hispánico y su presente de Patria Grande, para alinearse con los intereses de las potencias anglosajonas, especialmente Estados Unidos. La segunda es la que reivindica la hispanidad como un valor cultural e histórico que nos une con la Madre Patria España y con el resto de los pueblos hermanos de América.

Estos dispositivos culturales y mediáticos, que difunden la Leyenda Negra, son variados y poderosos, que presentan una visión sesgada y superficial de la historia, basada en estereotipos y prejuicios que replican desde las instituciones educativas, como las escuelas y las universidades, que imponen una enseñanza de la historia basada en los manuales oficiales, que reproducen la visión liberal-mitrista y mitre-marxista. Asimismo, serán los museos, las bibliotecas, las editoriales o las academias, que excluyen o marginan las obras y los autores revisionistas. Sin olvidar a los “influencers” y los “tiktokers” que apelan a las emociones y no a la razón.

Todos ellos tienen una gran influencia en la formación de la opinión pública y en la construcción del relato colectivo. Por eso, es necesario disentir, cuestionarlos y confrontarlos con otras fuentes de información y conocimiento que nos permitan acceder a una visión más completa y veraz de nuestra historia. Para ello, es imprescindible difundir y valorar el pensamiento de los revisionistas, que han realizado una labor fundamental para recuperar nuestra identidad nacional y para defender nuestra soberanía frente a las injerencias externas.

No nos dejemos engañar por la Leyenda Negra ni por sus difusores. Conozcamos nuestra historia que nos permitirá reconocer nuestras raíces hispánicas, nuestras luchas federales y nuestros proyectos de una Nación Justa Libre y Soberana. Una historia que nos inspire a seguir constituyendo un futuro mejor para nuestra patria y para nuestra América.

Luis Gotte

luisgotte@gmail.com

D.N.I. 20041255