El Conurbano bonaerense es una urbanópolis de la Provincia de Buenos Ayres que alberga a casi 12 millones de habitantes, representando el 27% de la población del país y el 67% de la población de la provincia. Esta región se enfrenta a una profunda crisis social que abarca una amplia gama de problemas, incluyendo el desempleo, la pobreza, la violencia, la inseguridad, las protestas, la corrupción, la desigualdad, la indigencia, la discriminación, la marginación, la drogadicción, los desalojos, el abuso de poder, la falta de educación, la crisis sanitaria, el hacinamiento, la escasez de viviendas y la falta de acceso a servicios básicos.
El desempleo es uno de los principales desafíos de esta crisis comunal. La falta de oportunidades laborales aflige a un gran número de personas, empobreciéndolas y dificultando la satisfacción de sus necesidades básicas. Esta situación se agrava debido a la falta de acceso a servicios básicos como la educación y la atención médica. En el Conurbano el desempleo es del 8,3%, en la provincia del 6,9%, donde el 30% es empleado público, alrededor de 675 mil trabajadores -un empleado en los aparatos del Estado por cada 27 bonaerenses-. De cada dos trabajadores en CABA, uno vive en el Conurbano.
La pobreza perpetúa la desigualdad en esta región, ya que las oportunidades para llevar una vida digna se distribuyen de manera desigual entre la población. La falta de viviendas adecuadas provoca un preocupante hacinamiento y condiciones insalubres de vida. En el Conurbano, el 46,1% de los habitantes son pobres y el 9,8% son indigentes. La pobreza afecta especialmente a los niños y adolescentes, alcanzando al 69% de la población infantil.
La falta de educación limita las oportunidades de desarrollo personal y laboral en el Conurbano. En la primaria solo 43 de cada 100 alumnos terminan a tiempo y con un nivel educativo aceptable. Dicho de otro modo, más de la mitad (57%) pasa a la secundaria con sobreedad o con deficiencias básicas en Lengua y Matemática, dos áreas fundamentales para continuar con éxito estudios posteriores. Solo el 16% termina a tiempo la escuela primaria y secundaria.
La violencia y la inseguridad generan un ambiente de miedo y desconfianza en la población. Los robos, los asaltos y los actos violentos están al alza, y la tasa de homicidios es de 4,27 víctimas cada 100.000 habitantes marcando una disminución con respecto al año anterior. La cantidad de hechos delictivos crecieron casi un 8%.
La corrupción política y el abuso de poder erosionan la confianza en las instituciones y generan impunidad. La discriminación y la marginación afectan especialmente a los sectores más vulnerables de la comunidad, impidiéndoles acceder a trabajos dignos. La falta de acceso a servicios básicos como el agua y la atención médica agrava aún más el contexto sanitario. El hacinamiento y la escasez de viviendas adecuadas menoscaban la calidad de vida de los habitantes.
El déficit de acceso al agua de red alcanza al 14% de los hogares de la Argentina urbana y al 18% de los niños. Dichos niveles casi se duplican cuando se trata de los hogares e infantes del conurbano (27% y 32%, respectivamente). Este déficit afecta con mayor fuerza a niños de los estratos sociales muy bajos (43,1%) y bajos (38,7%), que viven en condiciones de pobreza (38,9%) e indigencia (40,2%), y en aquellos que residen en villas de emergencia o en asentamientos o barrios informales (50,3%). Asimismo, la probabilidad de acceder al agua de pozo es mayor en el Conurbano que en el total del país (24,8% contra 11,6%), y también es mayor la propensión a tener que acceder al agua fuera de la vivienda (7,4% contra 4,6%).
La malnutrición, la drogadicción, la explotación infantil, la trata y desaparición de personas y los desalojos son otros problemas alarmantes que afectan especialmente a los más vulnerables. En el Conurbano, uno de cada tres niños pasa hambre y desnutrición, y la venta y el tráfico de drogas son altamente prevalentes. Además, muchas familias pierden sus hogares debido a la falta de viviendas adecuadas y la especulación inmobiliaria.
Estos problemas se retroalimentan entre sí y generan desesperanza y desigualdad en el Conurbano bonaerense. La crisis se va agravado aún más, existiendo el temor de un estallido social debido al acumulado descontento en la región. A pesar de las redes comunitarias y de asistencia estatal, es necesario repensar las políticas para contener y sostener esta crisis. El conurbano se encuentra en un escenario de postergación y deterioro, y es necesario tomar medidas urgentes para abordar esta situación.
Luis Gotte
La pequeña trinchera
luisgotte@gmail.com
D.N.I. 20041255