Un pedazo de la calle Corrientes a pocos kilómetros de nuestra ciudad. Se termina el año lectivo y los alumnos de Gestión Cultural del Instituto 15 de Campana, tuvieron la posibilidad de visitar la localidad vecina de Escobar, con un punto neurálgico: el Teatro Seminari; donde no solo pudieron recorrerlo en detalle, sino que también fueron recibidos por su Director General, Néstor Vittola y su equipo de trabajo.
El histórico edificio que ocupa el Teatro Seminari, fue construido por una institución fundada por inmigrantes italianos. Su piedra fundamental fue colocada el 20 de septiembre de 1889 como Sociedad Italiana de Socorros Mutuos. Había sido la primera entidad mutualista del pueblo y también fue cambiando de nombres: Cine Victoria, Cine y Teatro Italia. El lugar funcionó como teatro, de reuniones públicas, conciertos; teniendo su esplendor en los años 50 y 60. En la década del 80, fue el Cine Gran Escobar. En 1998, la Comuna consiguió la cesión del inmueble, lo refaccionó y en junio de ese año lo reinauguró como teatro con el nombre de Tomás Seminari, en homenaje a un recordado actor y vecino fallecido en 2015.
Pasaban los años y sumadas a las crisis económicas por las que fue atravesando nuestro país, sus luces fueron lentamente apagándose y solo funcionaba como cine. Luego de años de abandono y ante el peligro de derrumbe, se fueron haciendo algunas reformas, pero no llegaron a restablecer el esplendor con el que supo brillar en su época. Hasta que hace casi 5 años, hubo una decisión tomada por el entonces Intendente Ariel Sujarchuk (hoy en licencia de sus funciones) y se encaró una remodelación integral. La obra, realizada en conjunto entre la Municipalidad y la empresa Consultatio, le devolvió al teatro esa magia de su construcción original, mantuvo los lineamientos de funcionalidad y diseño, y recuperó los materiales y la estética de la época, como los pisos de pinotea, arañas, sanitarios, butacas y molduras.
Tras ese trabajo intenso y con sus mejoras arquitectónicas, el 31 de mayo de 2018 fue reinaugurado conservando su estructura patrimonial, pero acondicionado con tecnología de última generación para mejorar la experiencia de los espectadores. A partir de entonces, llegó Néstor Vittola, quien le puso su impronta, transformándolo en el ícono cultural del partido de Escobar. Vittola, quien estuvo mucho años trabajando en el Teatro Maipo, de la mano de uno de los más grandes productores teatrales, como lo fue Lino Patalano, les contaba a los alumnos de Gestión Cultural: “cuando llegué, el lugar estaba totalmente destruido. Yo como vecino pasaba por acá y pensaba qué pena ver este teatro, hasta que un día esto empieza a cambiar, se empezó a reestructurar todo y a ponerse en valor. Lo bueno es que se convirtió en lo que ven ustedes hoy en día y no en un estacionamiento como estaba pensado”. Junto a Nicolas Fernandez Rubio, escultor, artista y profesor de las materias Practica Profesional y Gestión de Eventos y Espectáculos del Instituto 15, fueron contando la historia del lugar, donde ambos fueron participes de esa puesta en valor y en donde hoy, el Teatro Seminari cuenta con una capacidad de más de 450 espectadores; divididos en más de 352 en la Sala Principal incluidos el pulman y palcos y el acondicionamiento de una Sala B en el primer piso con lugar para 70 personas. “Se intervinieron la fachada, el techo, el hall de acceso, el escenario, la boletería, los camarines, la sala de usos múltiples y el exterior, además de las oficinas anexas al hall. Se instalaron un sistema de iluminación y sonido de última generación, pantalla y proyector para que la sala esté a la altura de las mejores del país y sea motivo de orgullo del partido de Escobar”, remarcaron Néstor y Nicolas.
Durante la charla en su oficina, con cientos de cuadros prolijamente ordenados, se podía ver a Néstor fotografiado con Susana Gimenez, Valeria Lynch, Moria Casan, Topa, Carmen Barbieri: ó con la figura que se imaginen del teatro o música de nuestro país: “cuando miro estas fotos, realmente digo: hicimos bien las cosas. Ver a Mirtha, Moria y Susana en este escenario me da una felicidad enorme, porque lograr juntar a las tres divas para mí fue una emoción increíble”. Continuando con su relato, contaba que el punto de inflexión del lugar fue:”cuando en una noche histórica se hizo la presentación especial de la película La Casa Gucci y contó con la presencia de Mirtha Legrand e importantes figuras de la cultura y la moda. El estreno del drama criminal del imperio Gucci tuvo lugar en nuestra sala municipal, luego de que fuera seleccionada para su proyección por el prestigioso estudio cinematográfico Universal Pictures”.
Para los estudiantes de Gestión, fue excelente contar con esas experiencias, donde se puede ver claramente, que se necesitan decisiones y movilizaciones desde la cultura, que bien posicionadas dentro del proceso histórico de una sociedad, se debe ser fiel y coherente a ciertas memorias insertadas en el proceso para no solo conservar y declarar un bien como patrimonio histórico, sino que eso debe sostenerse en el tiempo y con mucho orgullo y emoción, Vittola destacaba que en la actualidad: “Más allá de cine, de teatro, también tenemos talleres. Está Pepe Cibrián haciendo Drácula Escobar, Inés Estévez haciendo teatro tradicional de tres años y Eleonora Cassano los martes dando Master Class“. También, que fueron los pioneros en hacer la primera función “Pet Friendly” en Latinoamérica; en una gala inolvidable que convocó a influencers, artistas y personalidades de la cultura que llegaron en compañía de sus perros. Otra anécdota, brindada por el director general del Seminari, fue que: “en una idea que me llegó del artista Nito Artaza, hicimos el primer Auto teatro del país en el predio del estacionamiento del Maschwitz Mall, ubicado en el km 42,5 de la Panamericana y que le permitió a los asistentes disfrutar de espectáculos de la cartelera comercial y también de shows de la agenda cultural local”. Y remarcó que muchas veces, se contratan espectáculos de gran convocatoria que: “los hacemos en el Micro estadio que tenemos en Garín, como el próximo que vamos a hacer con Topa y la Navidad”.
En todo momento, el equipo del Seminari, estuvo contado detalles y recorriendo las instalaciones junto a los estudiantes. Se notaba la unión del grupo de trabajo y las posibilidades que se les fueron dando a distintos empleados del staff, como por ejemplo, a quien hoy maneja la iluminación, que hace unos años se desempeñaba como personal de limpieza. O el caso de la chica que vendía pochoclos, que en la actualidad es la encargada de la administración. Como cierre, invitaron a los alumnos del Instituto 15 al show que se ofrecía esa noche donde Roberto Pettinato junto a su banda homenajeaban a Sumo y donde ellos pudieron apreciar, la belleza, la acústica y los juegos de luces de una sala teatral de un prestigio impresionante.
En definitiva, el Teatro Seminari, está al alcance de la mano para muchas personas, que no hace falta que tengan que trasladarse al centro porteño a disfutar de espectáculos de primer nivel. El precio de las entradas inclusive, es de un valor de casi la mitad al que se pueda encontrar por esos lados. Y la oferta gastronómica (la salida del teatro desemboca en un restobar abierto recientemente), tampoco tiene nada que envidiarle a los bares o restaurantes de la ciudad. Con mucho orgullo, pasión y con la seguridad de ser un excelente anfitrión, Néstor Vittola contaba emocionado, “El otro día andando por calle Corrientes y viendo estos teatros magníficos, yo miraba toda la programación y decía ya estuvo, ya estuvo, ya estuvo, ya estuvo, ya estuvo. Todo, realmente tenemos todo”.